hoy 16 años se cumplen de la riada que generó un trauma colectivo en Santiago y el Noroeste, con la pérdida de decenas de vidas humanas y de miles de millones de pesos, como resultado de la liberación de millones de metros cúbicos de agua de la presa de Tavera en poco tiempo, durante la tormenta Olga.
En esta temporada ciclónica que terminó el pasado 30 de noviembre se pudo observar que las autoridades fueron más celosas con el manejo del embalse, cuando se presentaron amenazas de fenómenos naturales en la región.
La oposición entonces trató de enrostrarle al Gobierno lo que a todas luces fueron errores de los organismos estatales encargados del manejo del complejo hidroeléctrico Tavera-Bao, lo que obligó a las autoridades a disponer de una fuerte inversión a favor de las familias afectadas para tratar de resarcir los daños materiales causados por el desbordamiento del río.
La Defensa Civil en Santiago reportó 31 muertos y desaparecidos durante la violenta crecida del Yaque del Norte, en base a los reportes de familiares y vecinos de las zonas más afectadas por las aguas, como la parte baja de Bella Vista y Rafey.
Francisco Arias, director regional del organismo, dijo que se hizo una profunda investigación sobre los muertos y desaparecidos y descarta que la cifra sea mayor, ya que los haitianos ilegales siempre tienen gente que los procura.
Por su parte, el gobernador provincial, José Izquierdo, expresó que al cumplirse un año de esos acontecimientos, el Gobierno se siente satisfecho con su labor a favor de las familias afectadas por las inundaciones, ya que a poco tiempo ya no existían damnificadas.
Un mal manejo de la presa Tavera, provoco inundaciones en Santiago.
El ingeniero Bernardo Castellanos sostuvo que la lluvia caída en la cuenca hidrográfica del Complejo Tavera-Bao durante el paso de la tormenta Olga, haya sido de una magnitud similar o superior a las precipitaciones caídas en la misma cuenca a raíz del paso de los huracanes David y Georges.
Coincidió que el informe alternativo presentado por un conjunto de técnicos de Santiago en el sentido de que los encargados de operar la presa la manejaron mal durante la tormenta.
Explicó que en el caso de la tormenta Olga la presa fue abierta de una manera «brusca, repentina, intempestiva, abrupta y súbita, se produjo una descarga instantánea de 3889 metros cúbicos por segundo».
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